La arquitectura juega un papel fundamental en como las personas experimentan y conectan con su entorno. La arquitectura no solo sirve para cosas prácticas o para que se vea bonita, también puede afectar cómo nos sentimos emocionalmente, mentalmente y físicamente. Sentimientos como calidez, confort, tranquilidad, intimidad, inspiración, aislamiento, soledad, nostalgia… son los que la arquitectura puede llegar a hacernos sentir, los arquitectos pueden usar estos aspectos para generar un impacto en la experiencia humana.